La experiencia de inmersión en el mundo, vida y obra de las pinturas de Frida Kahlo, le resultará (independientemente de si conoce la historia), definitivamente inolvidable.
Para los que jamás han tenido una experiencia en estos espacios de inmersión, la sala oscura de un cine se convierte en cuatro paredes con espacios en medio para sentarse, y al ritmo de diferentes sones, las imágenes se transmiten en continúo.
No importa al momento que llegues, no importa al momento en el que te vayas, la historia se sigue contando en espiral ciclico y con ella las imágenes de las pinturas de Frida y Diego tomando vida con movimiento.
Ahí están los pormenores de su vida, el fantasma de la polío, el accidente en el autobús en la ciudad de México. Ahí los tesoros de su rebeldía, su infinito amor por Diego y sobre todo el desborante talento de la hija del fotografo alemán y la mujer oaxaqueña que le dió su amor por los hupiles y lo grandes collares prehispánicos.
La vida de la Kahlo como le llaman algunos, por apellido, en México; fue dramática y poderosa, ella jamás se contuvo.... ni la polio de niña, ni las 32 operaciones, ni su amor obsesivo por Rivera. Frida tenía apenas 47 años cuando murió en 1954, pero ya su inmortalidad estaba consumada.
Son 500,ooo pies cúbicos de arte, 90,000,000 pixeles de definición y 1,200,000 tomas de video, las encargadas de contar una historia que no es fácil, que es visualmente agresiva y arrebatadora, como lo era la artista que las creó y que jamás se disculpó. Una mujer vanguardista y muy adelantada para su época.
Sin lugar a dudas, una experiencia sin igual, no apta para todo público; pero lista para contar una historia no solo a través de los retratos de la pintora, sino de su rebeldía, su fé en el comunismo y su pasión por todo lo que hacía.
Immersive Frida Kahlo
Dirige Massimilliano Siccardi
Guion: Massimilliano Siccardi, Vittorio Guidotti, Luca Longbardi
Música. Luca Longbardi
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