Los actores Benny Emmanuel (Izq.) y Gabriel Carbajal en una escena de "Chicuarotes". ALE CARBAJALLA CORRIENTE DEL GOLFO/CINEPOLIS
El segundo largometraje del director, actor y productor mexicano Gael García Bernal, “Chicuarotes”, muestra su madurez como director y un acercamiento a la realidad del submundo de México.
La cinta recuerda a las cintas noventeras de Arturo Ripstein en donde al final, la crudeza de la historia y lo absurdo y bajo de las situaciones hace que por poco el espectador termine más que espantado, asqueado por las circunstancias.
La historia alcanza a un jovencito de 17 años (Benny Emmanuel), que junto a su amigo (Gabriel Carbajal) son lo que en la capital mexicana se conoce como “payasitos de pesera”, es decir hacen payasadas con cara pintada en el transporte público para hacer reír a la gente y al final pedir limosna.
En un día normal de “trabajo”, en donde las míseras contribuciones los hacen desesperarse, se enteran de que pueden “salir del hoyo” comprando un puesto en la compañía de luz, y deciden cometer un crimen para lograrlo.
La “brillante” idea cambiará sus vidas para siempre.
Los jóvenes viven en el poblado de San Gregorio Atlapulco, en la zona de Xochimilco al sur de la capital mexicana, a cuyo gentilicio -Chicuarote-, hace referencia el título de la cinta.
La historia para muchos que conocen el drama de la pobreza mexicana, se suma a cintas de finales del siglo XX, como “Principio y fin” o “El evangelio de las maravillas”; en donde la sensación de malestar general, tan pronto corren los créditos finales, es exactamente la misma.
Ahora es García Bernal quien vuelve a utilizar su cámara como un vocero de denuncia, con un guion de Augusto Mendoza quien es el talento detrás de “Pig” (dirigida por Diego Luna) y quien nació en un barrio vecino a San Gregorio, desde el cual escuchó las historias de pobreza que lo inspiraron a “Chicuarotes."
La cinta sólo se ha estrenado en México y se ha presentado con mediano éxito en el circuito de festivales.
De “Déficit”, la primera película de García Bernal, a “Chicuarotes”, su crecimiento como director es profundo, sus decisiones en imágenes, en secuencias, y en tomas, muestran plena claridad de lo que desea expresar.
El guion con demasiadas vertientes, pues es la familia la que retrata el micromundo de miseria de un padre alcohólico y abusivo; un hermano gay (que no puede ni imaginarse viviendo como tal en un pueblo como el suyo); una madre analfabeta que sostiene como puede a sus “muchachos”; una adolescente precoz, y por supuesto el protagonista y su amigo que se van a meter en el peor conflicto de su existencia.
Todo en un ambiente de pobreza extrema en donde simplemente no hay futuro y las historias acaban de encimarse unas sobre otras.
“Chicuarotes” es una exposición absoluta, total, sin disculpas, a una realidad que los capitalinos mexicanos ven todos los días en sus calles y simplemente ignoran. Desigualdad social, pobreza recalcitrante, ignorancia penetrante, que necesita mostrarse, pero que duele, que agrede y que al final hasta da ganas de vomitar.
Cuidado, una película no apta para corazones sensibles o estómagos débiles; y sin lugar a duda, una cinta que vale la pena verse.
Otros estrenos
Ready or Not; After the Wedding; Angel Has Fallen; Burn; Jacob´s Ladder; The Nightingale; Overcomer; Tel Aviv on Fire; Tone-Deaf
Chicuarotes
Drama
México
En español con subtítulos en inglés
Dirige: Gael García Bernal
Actúan: Benny Emmanuel, Leidi Gutiérrez, Gabriel Carbajal, entre otros.
Clasificación: R por violencia expresa y palabras soeces
96 min.
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